4%, ingreso del maestro y calidad de la educación
Por Francisco Luciano
Los problemas de calidad en la educación dominicana son motivos de
preocupación constante entre los estudiosos de la pedagogía dominicana,
así como de los principales actores: políticos, gremiales, sociales, y
de empresarios.
A la falta de aulas, equipamientos, laboratorios,
materiales educativos, tecnología apropiada, higiene, reparaciones a
tiempo, seguridad, etc. sumado a la necesaria revisión y actualización
del currículo que se implementa, el bajo salario que reciben los
maestros y el deficiente sistema de evaluación que se aplica a los
procesos de gestión de nuestra educación en todos los niveles se
presento como responsable: la poca asignación de recursos económicos,
por lo que la solución recomendada fue la asignación del 4% del Producto
Interno Bruto para financiarla.
Los reclamos de que se asignara un
4% del PIB para financiar la educación dominicana encontraron
receptividad en el licenciado Danilo Medina quien formuló el presupuesto
para este año ceñido al cumplimiento de la Ley Orgánica de educación y a
la constitución de la Republica.
Asignado el 4% se ha iniciado de
reclamos para que los salarios de los maestros sean elevados en los
niveles que corresponde, haciendo justicia al sector profesional peor
pagado en nuestro país.
Nunca, nunca, se dispondrá de los recursos
que se requieren para que los emolumentos de los maestros sean los que
estos se merecen y esto no lo digo porque ejerzo la labor magisterial,
sino porque soy un producto que se ha beneficiado de ella, así como los
demás miembros de familia, quienes gracias a los niveles de formación
obtenido en las aulas de escuelas y universidades hemos podido salir de
la pobreza extrema en que nacimos.
Pero la calidad de la educación,
necesita más que maestros bien pagados, requiere maestros bien formados,
quienes armados de los conocimientos metodológicos, de las técnicas
para la enseñanza; del dominio cabal de los contenidos y contando con
un ambiente adecuado que garantice escuelas en condiciones de higiene,
aulas amplias, limpias e iluminadas, materiales didácticos y de
tecnologías, así como de laboratorios con los equipos y materiales
necesarios.
Se puede construir cualquier cantidad de aulas,
equiparlas a lo más moderno, construir el mejor currículo con los
contenidos, procesos, metas de evaluación y sistematicidad en todos los
órdenes, pero si los maestros no son bien remunerados y actualizados en
el uso de las herramientas adecuadas para la enseñanza no habrá calidad
en la educación y los resultados de sus procesos continuaran siendo
deficitarios.
De igual manera se pueden tener los maestros más
calificados y certificados, recibiendo los mejores salarios del planeta y
si no se cuenta con un currículo actualizado, una evaluación
sistemática y transversal al proceso educativo, aulas suficientes
equipadas, con materiales didácticos y laboratorios con equipos de
adecuada tecnología y reactivos suficientes, tampoco tendremos una
educación de calidad.
Nunca antes el sector educativo dominicano
había contado con una cantidad de recursos asegurada para su
financiamiento, por lo que ahora se puede planificar su desarrollo
empleando la priorización con como herramienta idónea que facilite la
inversión de capital y la sostenibilidad del gasto corriente cuyo
componente fundamental son los sueldos de los maestros.
Tiene que
efectuarse un dialogo franco en el que se explique que la cantidad de
recursos que se destinan a sueldos jamás estarán disponibles para otra
cosa, pues la nomina en educación no se puede reducir ya que esto
implicaría despedir maestros o bajarles el sueldo y que en cambio la
inversión de capital realizada en la construcción o reparación escuelas,
son recursos que se liberan porque la escuela que se hizo este año ya
no será necesaria construirla el próximo y esos recursos estarán
disponibles para otra uso, que bien podría ser incrementar los sueldos
magisteriales.
De igual manera los recursos invertidos en el pago de
capacitación a maestros, una vez completada la misma, se pueden usar
para elevar los sueldos de estos.
Si de entrada se toman todos los
recursos para sueldos, entonces no podrán resolverse las demás
necesidades que requiere nuestro sistema educativo para incrementar su
calidad, se quedarían sin aulas, sin laboratorios, sin tecnologías, sin
capacitación de maestros y entonces el objetivo de la lucha por el 4%
habría fracasado.
El llamado es a que el Ministerios de Educación y
la Asocian Dominicana de Profesores, ADP, hagan un pacto que establezca
la ruta crítica que dejara como resultado un sistema educativo con la
cantidad de aulas, laboratorios, tecnologías, butacas, etc.,
suficientes, al tiempo que paralelamente se va llevando el sueldo de los
maestros a un nivel lo más cercano a la justicia.
El dialogo es el
camino, no puede ser la confrontación. Las paralizaciones no mejoran la
calidad educativa y deterioran la imagen de los maestros y de su
gremio. La imposición no conduce a lograr receptividad, por lo que hay
que continuar dialogando hasta alcanzar el necesario e imperioso
consenso que hará posible alcanzar la meta de una educación de calidad,
cosa que solo se hará posible con la participación entusiasta de todos
los actores del sistema educativo y de la sociedad que aporta los
recursos y aspira a que dicha inversión tenga como resultado un producto
que valga la pena.
El autor es catedrático universitario y dirigente del PTD