Usted se guayó
En una oportunidad una señora de estas que ni su madre las quiere y no por lo fea, sino por lo conflictiva, le dio por presentar una querella en el destacamento policial acusando a Medina de haber incumplido el compromiso de confeccionarle un traje a la medida, pues el traje le había quedado ancho.
La molesta señora, hizo que el teniente Jefe de puesto mandara a buscar a Medina con dos policías para aclarar el asunto. Una vez la dotación policial, Lagares que era el apellido del oficial, inicio un careo entre medina y la incómoda mujer que exigía, no que redujeran las medidas del traje para ajustarlo a su cuerpo como amablemente ofrecía el sastre, sino que pedía se le pagara diez veces su precio.
Preguntado sobre que tenía que decir frente al reclamo de la señora y del porque si le tomó las medidas había confeccionado el traje tan ancho, el sastre explico:
La señora vino a mi sastrería, escogió la tela y se tomó las medidas el día dos de Febrero, el día siete la mandé a buscar y acudió para medirse el traje hilvanado y como le quedó bien, procedí a cerrarlo definitivamente y lo mande a planchar.
Desde el día once de Febrero hasta antes de ayer, la estuve esperando para que retirara su traje y me pague la mitad del dinero que convino en hacer efectivo al recibo del mismo. Hoy estamos a 23 de diciembre, han pasado diez meses y ella está más delgada. ¿Qué culpa puedo tener de eso? Dijo convencido de que sería condenado a complacer a la ruidosa y malhumorada, pero al parecer muy influyente mujer.
El teniente se dirigió a la señora preguntándole:
-¿Es cierto que usted ordenó la confección de ese traje en Febrero y que se lo midió hilvanado? La mujer asintió con la cabeza y el teniente, le dijo:
- Bueeeeno doña, Usted se guayó.
Así le acaba de ocurrir al profesor Ismael Peralta, con su sazonada demanda contra la Universidad y su principal autoridad, pues el señor procurador de la corte de apelación luego de examinarla minuciosamente la desestimó por no encontrar ningún indicio de violación a la Ley de compras y contrataciones públicas, como se alegaba, y por el contrario consideró impecable el proceso de licitación conducido por la academia para la adquisición de butacas, ordenando el archivo definitivo la querella de referencia.
Pienso que Ismael Peralta por dignidad personal procederá a realizar una rueda de prensa en la que pedirá disculpas a la familia universitaria por los daños y angustias causados con su temeraria, infame e irresponsable acusación y de paso, explicará al país que el rector de la UASD es una persona honrada y no el vulgar ladrón que él dijo que es de manera errónea en más de trescientas ocasiones.
De no hacerlo, la familia Uasdiana le considerará como un traidor que actúa al servicio de perversos intereses privatizadores, beneficiarios directos de todo daño que sufre la UASD. Aquí todos sabemos cuál es el trato que se dispensa a los traidores.