Las Ruinas de Engombe un tesoro escondido en Sto Dgo Oeste

Santo Domingo Oeste.-El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales convertió, desde noviembre, las Ruinas de Engombe, ubicadas dentro del Parque Mirador del Oeste, en un atractivo que sirva para simbolizar un escenario especial de unión familiar.

Engombe muestra un tesoro escondido entre el río Haina y Manoguayabo, y cualquier momento es excelente para visitarlo y conocerlo. Dentro del territorio se encuentra el “Palacio de Engombe”, donde se encuentra ubicado el ingenio de Santa Ana, situada a 500 metros del peaje de la autopista 6 de Noviembre, que conduce desde Santo Domingo hacia la provincia San Cristóbal y está limitada por las caudalosas aguas del río Haina.

Sin embargo, su valor no solo reside en su historia, sino también en la diversidad de recursos naturales que puede ser utilizada por la ciudadanía en general. La demarcación forma parte del cinturón Verde de Santo Domingo, creado a comienzos de la década de los 90, y abarca una superficie superior a los 150 kilómetros cuadrados, cubriendo la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional.

Dada su importancia, el 20 de marzo del 2002 fue declarada como Parque Mirador del Oeste, donde las Ruinas de Engombe representan uno de sus mayores atractivos por su valor histórico y su facilidad de acceso.

También este parque mirador contiene el estuario del Río Haina, con sus bosques de galería y navegable en toda su extensión.

La República Dominicana fue el punto de partida de los procesos fundamentales de la colonización y del desarrollo de la industria azucarera en América.

El ingenio de hacer azúcar del siglo XVI constituyó unos de los complejos socioeconómicos fundamentales de la colonización en El Caribe, siendo la industria más avanzada de su época por la diversidad de actividades que requería la producción agrícola e industrial del dulce y sus derivados, reflejando la transferencia de conocimiento y tecnología de la cultura material, asiática, europea y africana en la génesis del patrimonio industrial americano.

En consecuencia, las primeras industrias azucareras del Nuevo Mundo poseen para la Humanidad un valor excepcional, tanto por los procesos sociales como por los procesos económicos y tecnológicos que envuelve la producción del azúcar. La riqueza de este patrimonio industrial del siglo XVI es aportada por las tipologías de ingenios existentes: hidráulicos y trapiches. Ambas, en términos productivos, de considerable importancia.

El nombre de “Engombe” que denomina tanto al sitio donde éste se encuentra como al ingenio azucarero proviene de la palabra de origen africano “n’gombe” que significa vaca, ganado.

Este establecimiento azucarero edificado en el siglo XVI pasa a formar parte del patrimonio cultural de la República Dominicana, la primera vez con la denominación "Ruinas del Ingenio de Engombe" mediante la Ley 293 del 13 de febrero de 1944; la segunda, con el nombre "Ruinas del ingenio de Engombe, su residencia e instalaciones", mediante la Ley 492 del 27 de octubre de 1969.

Las fuentes escritas más tempranas obtenidas acerca de los propietarios de este ingenio aparecen en el censo de Santo Domingo de agosto de 1528 registrándose los nombres de sus primeros ocupantes: Pedro Vásquez de Mella y Esteban Justinián, este último genovés.

Otra fuente documental entre los años 1533 y 1535 sustenta aún más la importancia del mismo, al estar localizado en la ribera del río Haina, describiéndolo rodeado de haciendas y labranzas de vecinos que ascendían a 400 personas, informando de la existencia de 20 españoles y 120 negros esclavos.

En 1546 el Cronista de Indias Gonzalo Fernández de Oviedo lo registra en el primer inventario de ingenios y trapiches de caballos de La Española destacando que el mismo pasa a los herederos de sus primeros propietarios, quienes lo transforman en trapiche de caballos.

Este ingenio azucarero del siglo XVI ha sido incluido por la República Dominicana en la Lista Tentativa de bienes culturales nominados al Patrimonio Mundial de la UNESCO dentro de la “Ruta de los Primeros Ingenios Coloniales Azucareros de América” y del proyecto “La Ruta del Esclavo” de este organismo internacional.

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