Ahora el lío es en La Convergencia

Los perredeístas contrarios a Miguel encontraron solución al impasse de éste con Hipólito, anunciando un edificio al que todavía no acaban de poner el primer ladrillo.

La situación se torna peor cada día, pues todos sus cálculos salen equivocados, y ya no se cree que el problema sea de maestro de obra, sino de ingeniero.

Como Miguel no vende, ni presta, ni alquila su silla, la idea fue buscarse otra en que Hipólito fuera rey y señor sin contradicción ni cuestionamiento.

Pues tampoco.

Los perredeístas de Hipólito llevan ahora sus diferencias a La Convergencia, y ya no con Miguel, sino con Luis, quien como todo Abinader hace de las encuestas un evangelio.

Como se siente en Domingo de Ramos, no concede ni siquiera un versículo a su antiguo compañero de boleta. Como ahora es Abril, y no Marzo ni Febrero, cree que para Hipólito el Carnaval pasó. 

Ése es el problema de los jóvenes, que crecen rápido y se consideran hombres antes de tiempo. Incluso, tratando de sacar a los padres del negocio.

Luis se va quedando sin opciones, y por lo que se ve, no todos los caminos llevan a Roma. 

Fuente: Diario Libre
Copyright © 2013 El Imparcial SDO