Congreso del PLD abre compuertas a demandas reprimidas
La apertura de los procesos que anteceden al VIII Congreso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no sólo convoca a replantear la democracia interna de la fuerza oficialista. Además, puede abrir múltiples compuertas por las que broten las quejas acumuladas de las bases –contenidas por los procesos electorales y la rígida disciplina orgánica– y las hostilidades propias de los intereses que a menudo quiebran, se empatan y recomponen en la cúpula dirigencial.
Las bases y dirigencia media de la más poderosa organización política de la última década tienen inconformidades con el funcionamiento orgánico de su partido, que encuentran aliciente en las mieles que emanan del poder, pues los peledeístas dirigen el Ejecutivo desde 2004, con mayoría legislativa desde 2006 y alta proporción de las administraciones municipales.
Pero ese mismo ejercicio del poder genera otros conflictos, por aquello de que “hay muchas cabezas y pocos sombreros”, como advirtió en la transición el hoy presidente Danilo Medina sobre los puestos en la gestión pública.
Una de las principales disfunciones de la fuerza gobernante es que sus más altos dirigentes no tienen tiempo para atender las quejas y las necesidades que se generan de la actividad orgánica. El presidente del partido, Leonel Fernández, fue hasta agosto el de la República. Además dirige su fundación privada y mantiene una dinámica actividad internacional.
Reinaldo Pared Pérez, secretario general del PLD, no sólo es senador sino además presidente de la cámara alta; y su secretario de organización, Félix Bautista, pasó de ser una pieza clave en la política de construcción de Fernández a senador de la provincia San Juan.
En 2008, el PLD prohibió a sus miembros que se quejaran en público, a raíz de una ola de protestas y comentarios en los medios de comunicación, que criticaban el funcionamiento interno, cuestionaban la honestidad de los funcionarios y exponía una relación tirante entre el Gobierno y el partido.
Entonces el secretario general y los subsecretarios acordaron turnarse por día para recibir comisiones de compañeros en la Casa Nacional, pero el tratamiento duró poco y el mal siguió creciendo.
El VII Congreso, “Rafael Kasse Acta”, concluyó el 16 de agosto de 2005, con un plazo de cinco años para celebrar el siguiente. Sin embargo, los peledeístas dejaron pendientes muchas de las tareas acordadas, como reestructurar los comités de base y los intermedios, cuyas directivas ya cumplirán 12 años casi intactas. Cuando debió celebrarse el octavo congreso, las autoridades organizaron un plebiscito en el que lograron la aprobación para seguir de largo y atender primero a las elecciones de 2012.
Ahora se acerca el tiempo para encarar lo que aquella vez se pospuso. Entre los principales retos cuenta la redefinición del padrón, una tarea que varias veces ha quedado truncada. Ahora, en el contexto de las asambleas precedentes, se fijó el 15 de febrero como fecha límite para formar nuevos comités de base y seccionales del exterior.
El PLD informó que hasta septiembre de 2011, cuando se anunció la apertura de expansión, contaba con 2,509 comités intermedios y 173,175 comités de base, que reúnen a 2 millones 678,927 miembros en el país y en el exterior.
Propósitos. El “VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello”, que debe renovar todas las direcciones y discutir sobre la ampliación de los organismos del partido, se regirá por 15 ejes temáticos.
Los primeros cinco son declaración de principios y estatutos, línea política nacional e internacional, formación política y relaciones partido-gobierno-sociedad. Siguen comunicaciones, asuntos electorales, asuntos legislativos, asuntos municipales, juventud y mujer. La lista concluye con los puntos dominicanos en el exterior, finanzas, resolución de conflictos, ética y disciplina.
Concluido este proceso, el partido de gobierno se enfrentará al nuevo escenario, todavía con mucho por definir, que se irá configurando en torno a las elecciones generales de 2016.
Escrito Por: Nicanor Leyba
Las bases y dirigencia media de la más poderosa organización política de la última década tienen inconformidades con el funcionamiento orgánico de su partido, que encuentran aliciente en las mieles que emanan del poder, pues los peledeístas dirigen el Ejecutivo desde 2004, con mayoría legislativa desde 2006 y alta proporción de las administraciones municipales.
Pero ese mismo ejercicio del poder genera otros conflictos, por aquello de que “hay muchas cabezas y pocos sombreros”, como advirtió en la transición el hoy presidente Danilo Medina sobre los puestos en la gestión pública.
Una de las principales disfunciones de la fuerza gobernante es que sus más altos dirigentes no tienen tiempo para atender las quejas y las necesidades que se generan de la actividad orgánica. El presidente del partido, Leonel Fernández, fue hasta agosto el de la República. Además dirige su fundación privada y mantiene una dinámica actividad internacional.
Reinaldo Pared Pérez, secretario general del PLD, no sólo es senador sino además presidente de la cámara alta; y su secretario de organización, Félix Bautista, pasó de ser una pieza clave en la política de construcción de Fernández a senador de la provincia San Juan.
En 2008, el PLD prohibió a sus miembros que se quejaran en público, a raíz de una ola de protestas y comentarios en los medios de comunicación, que criticaban el funcionamiento interno, cuestionaban la honestidad de los funcionarios y exponía una relación tirante entre el Gobierno y el partido.
Entonces el secretario general y los subsecretarios acordaron turnarse por día para recibir comisiones de compañeros en la Casa Nacional, pero el tratamiento duró poco y el mal siguió creciendo.
El VII Congreso, “Rafael Kasse Acta”, concluyó el 16 de agosto de 2005, con un plazo de cinco años para celebrar el siguiente. Sin embargo, los peledeístas dejaron pendientes muchas de las tareas acordadas, como reestructurar los comités de base y los intermedios, cuyas directivas ya cumplirán 12 años casi intactas. Cuando debió celebrarse el octavo congreso, las autoridades organizaron un plebiscito en el que lograron la aprobación para seguir de largo y atender primero a las elecciones de 2012.
Ahora se acerca el tiempo para encarar lo que aquella vez se pospuso. Entre los principales retos cuenta la redefinición del padrón, una tarea que varias veces ha quedado truncada. Ahora, en el contexto de las asambleas precedentes, se fijó el 15 de febrero como fecha límite para formar nuevos comités de base y seccionales del exterior.
El PLD informó que hasta septiembre de 2011, cuando se anunció la apertura de expansión, contaba con 2,509 comités intermedios y 173,175 comités de base, que reúnen a 2 millones 678,927 miembros en el país y en el exterior.
Propósitos. El “VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello”, que debe renovar todas las direcciones y discutir sobre la ampliación de los organismos del partido, se regirá por 15 ejes temáticos.
Los primeros cinco son declaración de principios y estatutos, línea política nacional e internacional, formación política y relaciones partido-gobierno-sociedad. Siguen comunicaciones, asuntos electorales, asuntos legislativos, asuntos municipales, juventud y mujer. La lista concluye con los puntos dominicanos en el exterior, finanzas, resolución de conflictos, ética y disciplina.
Concluido este proceso, el partido de gobierno se enfrentará al nuevo escenario, todavía con mucho por definir, que se irá configurando en torno a las elecciones generales de 2016.
Escrito Por: Nicanor Leyba
